Soy demasiado pequeña como para que un hombre me diga lo que tengo que hacer. Mi primo Coco no entiende eso, pero yo igual lo ayudo en su taller, le paso las herramientas para que él termine más rápido su trabajo y me lleve al tanque australiano a pescar mojarritas. Pero a mí siempre me gustó más estar con mi prima Tita, la hermana de Coco, aunque lo que me molesta es que me haga trabajar siendo que soy tan pequeña, además ella también es mujer, y en entonces ya no me gusta tanto, porque me hace ayudarla en la cocina, como que las mujeres están para eso y no para otras cosas, como decía mi tío Ángel, que es un idiota, nunca será como mi tío Nicolás, que es más divertido y no anda siempre con la cara torcida, como tío Ángel. Pero prima Tita es diferente, pero igual hay cosas que no me gustan, como eso de cocinar siempre ella y hacerme cocinar a mí; primo Coco será todo lo mandón que es pero al menos no tiene problema en pedirme cosas de hombres, sin importarle que yo soy una mujer, como prima Tita, que lo único que hace es estar en la cocina, aburrida, preparando el almuerzo para los peones, para hombres… A mí me gusta estar con Coco para cazar mojarritas y ensuciarme las manos con la grasa de los autos, que es muy suave, muy pegajosa, además tiene un olor que no me hace mal, como a mi prima Tita, que es una fina, y lo único que hace es cocinar y cocinar. Yo seré todo lo mujer (o mujer en miniatura, como me dice el tío Nicolás), pero no quiero tener que hacerle la comida a los peones, la hacienda tiene que tener sus cocineros, hombres y mueres, que le hagan las comidas a los peones. Por eso Tita me da un poco de lástima, aunque yo también hago lo mismo, yo también tengo que cocinar para esos hombres porque Tita me lo pide, y yo no le digo que no porque en el fondo la quiero mucho, aunque nunca me lleva a cazar animalitos, a esas aventuras buenísimas que me lleva Coco. Tita es muy de dejarse dar órdenes, y yo no quiero ser así cuando se grande; yo quiero ser como mi primo Coco, que me lleva a pescar al australiano, y me lleva al monte a cazar animalitos, a juntar maderitas para el fuego, y a hacer una carpa, y a dormir en medio del todo negro lugar a donde me lleva siempre, todos los fines de semana, y se acuesta al lado mío y me cuenta cosas que hace con sus novias, y me pregunta que si yo tengo y yo digo que no, porque mi primo Coco no quiere que ande con otros hombres, y por eso me lleva al todo negro y solo monte para que durmamos y él me proteja y me cuente cosas, y no como Tita que siempre anda diciendo que los hombres son todos unos atrevidos y que a la noche las niñas no deben andar en la oscuridad…
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Es una mujer en miniatura
Soy demasiado pequeña como para que un hombre me diga lo que tengo que hacer. Mi primo Coco no entiende eso, pero yo igual lo ayudo en su taller, le paso las herramientas para que él termine más rápido su trabajo y me lleve al tanque australiano a pescar mojarritas. Pero a mí siempre me gustó más estar con mi prima Tita, la hermana de Coco, aunque lo que me molesta es que me haga trabajar siendo que soy tan pequeña, además ella también es mujer, y en entonces ya no me gusta tanto, porque me hace ayudarla en la cocina, como que las mujeres están para eso y no para otras cosas, como decía mi tío Ángel, que es un idiota, nunca será como mi tío Nicolás, que es más divertido y no anda siempre con la cara torcida, como tío Ángel. Pero prima Tita es diferente, pero igual hay cosas que no me gustan, como eso de cocinar siempre ella y hacerme cocinar a mí; primo Coco será todo lo mandón que es pero al menos no tiene problema en pedirme cosas de hombres, sin importarle que yo soy una mujer, como prima Tita, que lo único que hace es estar en la cocina, aburrida, preparando el almuerzo para los peones, para hombres… A mí me gusta estar con Coco para cazar mojarritas y ensuciarme las manos con la grasa de los autos, que es muy suave, muy pegajosa, además tiene un olor que no me hace mal, como a mi prima Tita, que es una fina, y lo único que hace es cocinar y cocinar. Yo seré todo lo mujer (o mujer en miniatura, como me dice el tío Nicolás), pero no quiero tener que hacerle la comida a los peones, la hacienda tiene que tener sus cocineros, hombres y mueres, que le hagan las comidas a los peones. Por eso Tita me da un poco de lástima, aunque yo también hago lo mismo, yo también tengo que cocinar para esos hombres porque Tita me lo pide, y yo no le digo que no porque en el fondo la quiero mucho, aunque nunca me lleva a cazar animalitos, a esas aventuras buenísimas que me lleva Coco. Tita es muy de dejarse dar órdenes, y yo no quiero ser así cuando se grande; yo quiero ser como mi primo Coco, que me lleva a pescar al australiano, y me lleva al monte a cazar animalitos, a juntar maderitas para el fuego, y a hacer una carpa, y a dormir en medio del todo negro lugar a donde me lleva siempre, todos los fines de semana, y se acuesta al lado mío y me cuenta cosas que hace con sus novias, y me pregunta que si yo tengo y yo digo que no, porque mi primo Coco no quiere que ande con otros hombres, y por eso me lleva al todo negro y solo monte para que durmamos y él me proteja y me cuente cosas, y no como Tita que siempre anda diciendo que los hombres son todos unos atrevidos y que a la noche las niñas no deben andar en la oscuridad…
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